Su tamaño es algo menor que el del Águila Real, situándose en torno a los 180 centímetros, con un color generalizado de color parduzco, con matices más claros en la nuca y hombros. En este caso las hembras son de tamaño ligeramente superior a los machos.

Es un ave propia de la Península Ibérica, que hasta no hace mucho estuvo en peligro de extinción, aunque por fortuna en los últimos años su población se ha recuperado.

El monte mediterráneo y los pinares del Sistema Central son sus hábitats predilectos.

Águila Imperial en los Montes de Toledo