A 90 kilómetros de la capital, se sitúa en el límite entre los Montes de Toledo y la Jara. Se caracteriza por sus extensas plantaciones de olivares, campos de cereal, y amplias dehesas de encinas. Además del gran valor que le proporcionan sus manantiales y lagunas naturales.

Edificios a visitar son la iglesia parroquial de San Bartolomé, el Ayuntamiento ubicado en la antigua Casa Curato, la Casa de Getsemaní, y la Labranza de Pelaños.

Compartimos estas presentaciones realizadas por el Grupo de Desarrollo Rural Montes de Toledo.